Blog de México parte 3
Luego de tan pintorescos pueblos coloniales, nos dirigimos hasta la Capital de Jalisco y segunda ciudad mas grande de México: Guadalajara, haciendo previamente una parada para visitar a unos conocidos de la familia de Luli. Hernán es un argentino que vive en México desde ya hace bastantes años. Él y su mujer Dory, nos recibieron con una exquisita comida casera: pizza y tacos de rajas (rodajitas de chile serrano). Compartimos un agradable rato con ellos, charlando de temas “profundos” y “existenciales”, y jugando con sus dos hijos pequeños. Les agradecemos por la cálida recibida.
Luego continuamos viaje a Guadalajara, con la idea de llegar antes del anochecer. Pudimos disfrutar de caminos llenos de agave azul con el que se hace el tequila.
Esta región se caracteriza por lo que los mexicanos son conocidos en el mundo: Tequila, Mariachis y artesanías. Pero en cambio, nos encontramos una ciudad con partes modernas y bastante “americanizada” gracias al estrecho comercio que tienen.
No recorrimos solos la ciudad, por suerte Luli también tiene familia aquí. Rocío, la prima que habíamos conocido en San Diego (USA), nos recibió junto a su madre, hermano e hija. Fueron muy atentos, se dedicaron a nosotros durante nuestra corta pero intensa visita y les estamos muy agradecidos.
Rocío nos hizo de guía turística por el centro histórico, donde resalta la Catedral y el ex orfanato “Hospicio Cabañas“. El edificio, finalizado en 1810, es actualmente un interesante museo que vale la pena visitarlo por su imponente arquitectura y los frescos de Orozco. El muralista pintó en paredes y techos, la historia de México desde antes de la conquista hasta el siglo XX, con clara crítica a los españoles, la iglesia y los políticos.
Luego de llenarnos la panza en el mercado San Juan de Dios (compuesto por un centenar de puestos de comida, ropa y artesanías al estilo souvenir), nos dirigimos a Tlaquepaque (ya empezamos con los nombres difíciles). Este tradicional barrio de artistas seguramente tiene los mejores productos mexicanos del país en cuanto a muebles y artesanías. Es un lindo paseo aunque no compres nada, ya que la zona en sí es bonita y cada producto en venta es una obra de arte. Terminamos la visita en una heladería donde comenzaría nuestra adicción por el helado de mamey, fruta tropical que no existe en Argentina.
Al día siguiente, decidimos ir a Tequila. Sí, es una ciudad! Obviamente, donde se cultiva la mayoría del agave azul. De esta planta de la familia del Aloe Vera, se cocina su piña a alta temperatura en hornos especiales . El jugo saliente se hace fermentar para finalmente destilar hasta conseguir la bebida más representativa de México. Todo esto lo aprendimos en la Hacienda Herradura, donde se produce uno de los tequilas más prestigiosos. Fuimos con toda la familia; hasta María Eugenia, la madre de Rocío, que por su edad presenta problemas de movilidad, nos acompañó ya que la visita se podía hacer en carrito de golf.
Para concluir la visita, no podía falta la degustación de tres tequilas, la linea sin madera y dos con reposo (añejados). Como verán en las fotos, María Eugenia no fue la única que necesito carrito de golf para llegar al estacionamiento…No todos los mexicanos están acostumbrados al tequila!
Fuimos a almorzar a Tequila y recorrimos sus calles. A medida que uno caminaba, te iban ofreciendo degustar tequila puro, helado de tequila, tragos con tequila, golosinas con tequila. Nos preguntamos si alguna de las personas de este pueblo se encontraba sobria…