Blog México parte 23
Para llegar a las ruinas de Toniná era necesario tomar la carretera que te introduce en territorio zapatista. Por lo que antes de cruzar esta zona decidimos reportarnos con familiares avisándoles de nuestra ubicación. Se sabe que en estas rutas te paran para pedirte dinero, una especie de peaje informal. Así fue como no nos sorprendimos cuando un gran grupo de hombres, todos con machetes, caras tapadas con pañuelos y miradas amenazantes, nos detuvieron y nos pidieron 100 pesos para continuar. Tras una rápida negociación de 50 pesos, nos dejaron pasar. Muchos pueblos de los que cruzamos indicaban que no aceptaban el ingreso de policía federal, militar y otras instituciones de gobierno.
Continuando por caminos sinuosos con casas y ranchos precarios, llegamos a un precioso y verde valle donde se ubican las ruinas, no tan conocidas como las de Palenque, pero que varias personas nos habían recomendado. Ante nuestro primer vistazo quedamos sorprendidos por esta ciudad construida en las alturas de la montaña. Comenzamos el recorrido pudiendo ingresar y caminar por los estrechos pasadizos de una de las edificaciones que según nos explicaron, había cumplido el papel de un “hospital”. Luego visitamos lo que antiguamente fueron habitaciones, con sus respectivas camas de piedra. Y fuimos ascendiendo lentamente hasta llegar a la cima, en la que están ubicadas las pirámides del sol y de la luna, a las cuales también se puede subir. La vista de todo el valle desde ahí arriba no tiene precio.
Esa noche la pasamos en un bonito camping ubicado a pocos metros de las ruinas.
Algo típico de Chiapas es ir manejando por la carretera y encontrarse con una soga obstruyendo tu camino, sostenida por mujeres y niños a ambos lados de la calle. Su idea es que frenes y les compres lo que están vendiendo o en algunos casos que tan solo les des dinero.
Llegamos a las famosas Cascadas de Agua Azul, en cuyo estacionamiento nos invadieron grupos de chicos que cuidarían nuestra camioneta. Este lugar consiste en una seguidilla de saltos que acompañan al río, y por supuesto: muchísimos puestos de souvenirs, jugos y comida. Lástima que no pudimos gozar del hermoso color que caracteriza a estas aguas, ya que estaban realizando una obra para mejorar el caudal del río, y había mucha tierra en suspensión, lográndose un color amarronado. Por suerte, ya conoceríamos en este misterioso estado otras cascadas de colores espectaculares que nos dejarían la boca abierta.
TIPS para viajeros
- Pregunten a los locales por las condiciones de las carreteras. Especial hincapie en el tema de los peajes informales zapatistas. Por momentos puede haber protestas màs intensas, cortes de ruta por tiempo ilimitado. No dejes de visitar esta zona de Mèxico pero estate atento.